Hooooola! Sé que hace mucho tiempo que no me paso por aquí. Por eso hoy os traigo unos portavelas muy fáciles y rápidos de hacer, que por lo sencillos que son quedan muy elegantes. Son muy pequeñitos, por lo que sirven para adornar cualquier rincón y dar una luz muy suave y relajante.
Ya sabéis que me encanta reutilizar cosas en general. Pero es que a veces tiramos cosas por tirar, que se pueden aprovechar solamente limpiándolas un poco... Por eso hice mi primer portavelas con tarritos de yogur de cristal (aunque el primero lo hice por hacer, mucho más tarde se convirtió en portavelas).
Lo primero que necesitáis para hacer estos pequeños portavelas es comer yogures, de esos que vienen en vasitos de cristal, normalmente en parejas. limpiáis bien el tarrito por dentro y por fuera y quitáis los restos de la tapa rascando un poquillo.
Lo siguiente es elegir el hilo de los colores que más os gusten. Yo uso hilo de algodón del que tengo para hacer ganchillo, un poco gordito, pero eso va en el gusto de cada uno. Seguro que en cualquier tienda cerca de vuestra casa podéis encontrar madejas de muchos colores y grosores y luego no podéis ni decidiros ;)
Yo cojo dos hebras de colores diferentes, que destaquen entre ellos y las voy enrollando alrededor del tarrito de forma que queden juntas, paralelas, sin superponerse. Lo primero que hay que hacer, para que las hebras no se despeguen, es dejar un cabo larguito al principio y sujetarlo con una gotita de pegamento al tarro. Entonces comienzo a enrollar las hebras alrededor del tarro, pasando por encima de este cabo en cada vuelta.
A medida que las voy enrollando, voy poniendo gotitas de pegamento un poco más adelante para que, al apoyar las hebras sobre la gotita, esta las mantenga pegadas al cristal. Así voy cubriendo toda la superficie del tarro que me parezca bien. Suelo terminar con un lazo en la última vuelta, pero eso es opcional. Para hacer el lazo aprovecho el cabo que os he comentado al principio (el que habiáis ido "enterrando" debajo de las vueltas) y otro resto de las hebras que he ido enrollando. Al final, pego el nudito del lazo al cristal con una gota de pegamento.
Como os había prometido, son unos tarritos-portavelas muy fáciles de hacer y que podéis modificar como queráis. Podéis juntar varias hebras para que quede más colorido, pero tened en cuenta que cuantas más pongáis, más fácil es que se os enreden o se descoloquen. Podéis jugar también con los grosores, poner lazo o no... Todo lo que se os ocurra. Y no solo valen como portavelas, sino que podéis guardar cositas pequeñas que tengáis por ahí. Aquí os dejo una foto de mi colección de portavelas yoguriles :D
De momento, esto es lo que tenía que contaros. Os veo el mes que viene! (espero que sea antes, pero no os lo puedo prometer ;P)